martes, julio 14, 2009

Back in Town

De vuelta a las andadas.

Manténgase en sintonía.

miércoles, junio 07, 2006

Una linda chica narigona y con aires de cuica

Bebo un café con demasiado nutrasweet y me instalo en mi oficina, relajado, casi complacido, atento a la pantalla de mi computador y a los casos que hoy debo resolver. Miro por la ventana al bosque de edificios y al río de vehículos y micros que circulan por las cintas de cemento que serpentean por la ciudad. Está nublado, afuera hace frío, pero a quien le importa cuando contamos con las bondades del aire acondicionado, un sabroso café de grano y un mullido sillón.

Pero... un momento... arriba dice algo respecto de la complacencia...

Noo, muy fea palabra. La complacencia es hermana del enmohecimiento, la flojera y el mirarse constantemente el ombligo, arrancándose las pelusas de la abulia y el aburrimiento final. De hecho... no he perdido el tiempo. Un tipo como yo, con insatisfacción permanente, siempre anda en temporada de caza. Pero bueno, no siempre es así, también hay que trabajar, se sabe. He visto pasando por acá cerca en la oficina algunas caras nuevas, unas atractivas, otras no tanto, pero todas con el interesante aderezo de la novedad y el atractivo de lo incierto. ¿cómo serán sus voces, qué hablarán entre sí...? ¿Les gusta el capuccino, el chocolate con crispies, el té verde o las telenovelas...?¿Gozan con los realities, con un rico plato de pasta, con mirar el atardecer en una playa perdida, o sólo las satisface reventar sus tarjetas de crédito?Yo, en medio de mis sonrisas de buena crianza y los "buenos días" a mis colegas, miro de lejos, a través de los paneles y cristales. Miro mis manos con sus uñas mordidas a veces, pulso algunas teclas del computador para cerrar algunos casos, para responder consultas, y a veces dedico un lindo pensamiento hacia un pasado reciente y delicioso. En el listado de contactos del messenger veo algunos nombres, algunos conectados, la mayoría inexistentes hace tiempo, y pienso nuevamente.

Otro sorbo a mi café...

Caras nuevas, creo que dije... Y sí, han llegado algunas. Ojos bonitos,cuerpos atractivos, modos de caminar y moverse decididamente sensuales, algo apáticas, algunas sonríen, otras sólo esperan que el día transcurra para volver a casa, a sus esposos, hijos, perros o a su sofá.

Veo, ví, veré, a una atractiva chica de... Pero a ver, permítanme describirla.Tiene el cabello castaño medianamente largo, con las puntas hacia afuera, ojos celestes y algo fríos, una nariz respingona y una boquita linda, aunque algo mezquina. Camina muy erguida, nariz en punta hacia arriba, a veces con las manos cruzadas, tiene bonitas caderas y mueve el trasero de un lado a otro, a veces con estudiada coquetería, a veces con indiferencia, pero siempre llamándome la atención.Es raro. Siempre me han llamado la atención estas chicas, narigonas, con pinta de cuicas y aspecto de engreídas. Quizá sea una fijación infantil, o quizá sea puro y simple arribismo, a la manera de los futbolitas que, para disimular su pasado barriobajero conquistan a punta de regalos y millones a alguna modelo rubia. Pero no, yo no tuve ese origen, gracias a Dios y mis padres. Fui bien educado, jamás carecí de nada salvo algunos caprichos que afortunadamente no me consintieron, y durante mi adolescencia fui popular entre las chicas y tuve cantidad de amigos, compañeros y conocidos. Fue una época bonita y feliz que ahora recuerdo con cariño.

Entoooonces... ¿en qué estabamos con eso de la chica nueva narigona y con aires de cuica?La verdad, no sé. Tuve una polola una vez, que era muy parecida, tanto en el físico como en los modos. La conquisté, recuerdo, con innumerables pintadas de mono, saludos y miradas. Me gustaba eso de pasear por la ciudad con una chica linda y bien hechita, me satisfacía y me hacía reir, aun cuando fuera un verdadero plomazo a veces. Pero... me gustan, les cuento. Me gustan esos mohínes de pendeja malcriada, los plantones, los berrinches. Me simpatizan, me caen bien. O sea, claro, me disgustan en su momento, pero luego me gusta saber que una engreída y hermosa chica se toma todas esas molestias para captar mi atención y para hacer que yo la ponga como centro de mesa y la mime, la consuele, le regale cosas, le diga al oído todo lo que queire oir. Es un sentimiento bonito, una emoción algo incomprensible pero que a mí me satisface y me hace reir.Algo así como la rosa del principito. Una linda y engreída chica que muestra sus pequeñas espinas como defensa frente a quien quiera acercarse, que tose cuando quiere llamar la atención y que, en el fondo de su corazón, teme a los leones, al frío y a la soledad.

¿No son tiernas y lindas estas chicas...?

martes, junio 06, 2006

Edgar Allan Poe says....

... Y dijo El Cuervo:
"...¡nunca más...! ¡nunca más...! ¡nunca más...!

El Cuervo (The Crow).
Edgar Allan Poe

martes, julio 19, 2005

Bien vestido, bien recibido


Tenia ganas de comenzar una nueva entrada al blog colocando las caracteristicas de algunos de mis amigos, de tal manera que fueran identificables por ellos pero que no los expusieran de manera libre al resto, ya que eso supondría mostrarlos sin que ellos me lo hubiesen autorizado. Masticaba mentalmente esa buena crianza aprendida luego de años de esmerada y correctísima educacion sureña cuando era niño y alumno de profesores particulares de inglés y matemáticas mientras era sometido al germánico cuidado de serias y adustas señoras que hacian las veces de institutrices. Bueno, lo del inglés fue porque mi madre me había metido desde la infancia que si no sabia un idioma aparte del español (que por cierto, hablo mucho peor de lo mal que lo escribo), en el siglo XXI estaría condenado a la idiotez y al analfabetismo; lo de las matemáticas fue porque nunca me entraron los números en el colegio, ni con recompensas ni con cachuchazos; y lo de las nanas que mi padre llamaba con humor "institutrices" era porque pasaba la mayor parte del tiempo solo despues del colegio, y bueno, la televisión era algo que, a falta de Playstation en esos grises años 80, servia para matar las horas y no hacer las tareas.


En fin, estaba tratando de desarrollar esa idea cuando una amarga discusión con Chuchi a traves del messenger me hizo pensar en otra cosa.

Me dio lata.


A ver, les explico. Muchos de ustedes saben que soy un leguleyo (manera bastarda y despectiva para tratar a los abogados), que aunque soy nuevecito en este negocio ya a mis 33 años he aprendido bastantes trucos para sacar adelante una causa, por mas perdida y podrida que pueda estar, con su respuesta en crujientes billetes de Banco por parte del patrocinado... pero Chuchi, haciendo uso de una ácida y atinada crítica, me hizo saber que "cómo vas a ser profesional si no usas palm, no usas pc portátil, mas encima tu celular no es con plan... y nunca te he visto tu auto", para terminar con un remate que en una primera impresión me indignó, "creo que aparentas lo que no eres...".

Aplastante y decidora lógica femenina, qué les puedo decir...

Siempre creí que la integridad de cualquier profesional estaba dentro de su cabeza y en la experiencia ganada, más que en el título que se pueda colgar de la pared o en las cosas adquiridas, que buenamente puedan representar signos de éxito y status (eso suena muy ochentero, muy "American Psycho", pero asi me lo hicieron ver). Es cierto que en el ambiente de la abogacia las oficinas que se puedan alhajar dicen mucho, sobre todo si la oficina principal está dotada de un escritorio modelo senador con patas de leon, con un cenicero de marmol italiano en una esquina, con estanterías atiborradas de los tomos de la Gaceta Juridica o la Revista de Derecho y Jurisprudencia, y otros símbolos propios del gremio. Bueno... la oficina que yo ocupo en mi actual trabajo es mas bien modesta al lado de ésas que mas bien parecen uno de los salones del Trianon. Un módulo funcional, mas bien chico, con los tomos de la Gaceta y la Revista de Derecho contenidos en unos cuantos CD Rom convenientemente ordenados por ahi, un tazón burdeos en donde me preparo café, y claro, el computador en medio de todo.



En fin, una anodina discusión a traves de algo tan fútil como el messenger no iba en absoluto a quebrar mi esquema de cosas, pero de todos modos el mal sabor de boca subsiste, algo de rabia queda empozada por ahi, como cuando vas por la calle y desde la cuneta un conductor despistado te lanza agua a los pies. No te importa, no le das mayor relevancia, sigues caminando... pero igual te deja picando.



¿No será que, en su inocencia y candidez sabiamente ejercidas en las ultra tecnologizadas y felices oficinas de ABB, Chuchi despues de todo tiene razón?. Tal vez sí, en este medio lleno de clichés y de símbolos es necesario pintarse el cuerpo con tierra y gritar alto y fuerte para que el resto de la tribu sepa que cazaste a más mamuts que el resto; despues de todo quizá sea válido ganarte la admiración y el respeto de tus pares no con meritocracia sino exhibiendo y portando la mayor cantidad de juguetes electrónicos posibles... no sé. Tal vez Zamorano y Beckham tengan razón. No basta con el talento, los goles y los logros, es necesario además un gorro de lana que con letras bien grandes diga "Armani" y que la pareja sea modelo rubia, con tetas operadas y más tonta que una puerta. Y bueno, si se te cae algun "chiguá..." ¿qué tanto?. Morandé tiene un Porsche y un Rolex, aun cuando mucho más educado y culto pueda ser un modesto y correcto profesor jubilado.


De manera que así es, "bien vestido, bien recibido". Miren... y yo que habia renunciado al "stablishment" de la ropa con rombos o de las camisas Polo; de los almuerzos con sushi (que considero una siutiquería sólo comparable con la ya felizmente fenecida "nouvelle cuisine") y las interesantes conversaciones sobre golf en Augusta, esquí en Aspen y shopping en Coconut Grove.


En fin...

Para terminar, una anécdota. En una finísima reunión social que se llevó a cabo en el Club La Unión, al cual fui con motivo de un aniversario más del BCI, participé de un curioso intercambio de apuntes de viaje protagonizado por un grupo de empingorotados gerentes de area, ejecutivos y profesionales de alto vuelo. Saltó a la mesa Europa y, cómo no, París y Londres. Uno de los sujetos contaba, maravillado, la elegancia de la fachada de Buckingham y cómo se gastó toda la tarjeta de memoria de su cámara en tomas del palacio y de la guardia. Una mujer cerca, abogado de la fiscalía del Banco, le encontró la razón, cacareando alegremente sobre sus paseos por Picadilly Circus. Yo, humildemente, pregunté qué les parecía la gastronomía londinense. Era una pregunta que, en estas circunstancias, no fallaba nunca. El grupo me miró y se lanzó en una amena charla sobre las exquisiteces de la cocina inglesa, que el yorkshire pudding, que el no se qué, que el no sé cuanto...


Yo respiré sorprendido y aliviado, y les dejé el peso de su pretenciosa y falsa conversación llena de postales y lugares comunes...

Les cuento. Tenía muy claro que la cocina inglesa tradicional es una de las peores de Europa, casi superada en horror por la cocina moscovita y su tenebrosa sopa de repollo que es resabio de la ferocidad y estrechez comunista; aunque ahora último la invasión de restaurantes y sabores provenientes de Medio Oriente y Asia, de la mano de los inmigrantes, haya aplacado en algo el desastre gastronómico londinense. Quizá el plato más sabroso y menos atacante sea el fish and chips, especie de comida informal que puede conseguirse en cualquier carrito cercano a un parque, consistente en una presa de pescado apanada y frita acompañada de papas fritas, servidas en papel mantequilla y envueltas en hojas de diario, preferentemente The Sun. Son toda una delicia comerlas sentado en algun banco de la plaza con vista al Tamesis. Recordaba ese inconfundible sabor a pescado y fritura compartida con los amigos antes de un recital, la grasa en los dedos, el frío y la niebla, mientras a lo lejos la fiscal y el gerente debatian sobre especias, mezclas de sabores y místicos licores escoceses...



(...Y si es con esa mostaza inglesa con pepitas café, amarga y pastosa, mejor todavía...)

miércoles, julio 13, 2005

Tour de France



Son las 20:32 de un helado 8 de julio, y estoy acá, sentado en mi sillón frente al computador. Hoy cumplí 33 años, una edad en la cual se supone que muchas cosas ya están claras, otras no tanto, y otras definitivamente no se resolvieron.
Se supone que la celebración de mi cumpleaños iba a ser, una vez más, una afiebrada, alcohólica y amnésica juerga de cervezas y metal con mi amigo Sotelito, quien una vez más mandó todo al diablo, no alcanzó a apagar su pc y no llegó. A la cresta, debe estar feliz en su casa con su mujer y sus gemelas.
Llegué a casa armado con un Jack Daniel’s y con el cd de Kraftwerk, el Tour de France Soundtracks.
Magnífico.
Una vez más, estos decanos de la música electrónica dieron cátedra con un álbum que, en un homenaje a la legendaria prueba francesa de ciclismo, demuestra a las claras el talento alemán para ir a la vanguardia de un movimiento que Florian Schneider y Ralf Hutter comenzaron a fines de los 60, primero como compinches del Conservatorio de Música de Dusseldorf y luego como los Beatles del movimimiento tecno. Simplemente genial.


Al lado, aquí cerca, la botella de Jack Daniel`s me mira con complicidad, brindándome uno de los más insólitos y mejores cumpleaños que he tenido. A quien diablos le importa un viernes en la noche, carrete y joda, si existe Kraftwerk.
Miro la carátula del álbum Trans Europe Express y veo las caras pulcrísimas y jóvenes de la agrupación alemana, a mediados de los 70, contrastándolas con la foto de backstage de Florian luego de su gira Tour de France del año 2004.
Definitivamente increíble.



Tanto Florian como Ralf seguramente están raspando los 60 años de edad, y ahí siguen, componiendo y ejecutando piezas electrónicas exquisitas que ni el más cool de los DJ actuales sería capaz de crear. Es impresionante ver a Florian con boina, con la tez arrugada y las manos nudosas repartiendo autógrafos, con más de 60 años al mando de un Sony Vaio en sus presentaciones alrededor del mundo, dando clases de cómo debe vivirse la vida. Veo una imagen de Ralf Hutter en el estudio de una radio en Rusia, y perfectamente podria pasar por el papá de alguna colega de rasgos germanos, bonachón y amable.






Doy otro sorbo de Jack Daniel’s y pienso… ¿y yo me estoy cagando entero porque cumplí 33 años, porque en mi cara ya comienzan a advertirse las típicas redondeces del adulto, alguna arruga en la frente y una calvicie que definitivamente se instaló encima mío…? ¿Me estoy creyendo ese cuento ridículo del “preocúpate, estás a medio camino de jubilar….?
A la cresta con todo eso, a la reverenda chuchísima con esa institucionalización de mierda que promueven las Isapres y las AFP, con esos mensajes que llaman a insertarte en un sector de edad determinado, quedarte ahí y mirar la vida sentado en el porche de tu casa, bebiendo té y leyendo el Artes y Letras los domingos después de almuerzo. Que si tienes más de 30 vístete con Dockers y chalecos sin mangas, preocúpate de la próstata y abandona lo que te gustaba hacer cuando eras adolescente. Juega golf, conduce tu automóvil station con música del asqueroso Bert Kaempfert, ponte chalecos con rombos y encima un montgomery. “Madura y púdrete”, y consume lo que se supone debe consumir un sujeto de tu edad.
En medio de los magistrales acordes del tema “Areo Dynamik” la cosa queda clara. Otro sorbo al Jack Daniel’s y avanzo en el equipo de música hasta la última pista del cd, Tour de France.
Pre-cio-so
Un luminoso y sublime himno a la vitalidad y a la vanguardia, impecablemente ejecutado y que debe disfrutarse a ojos cerrados. Una pieza maestra de estos señores de la música electrónica, que con su arte y forma de ser dan una de las más claras y precisas muestras de lo que significa llevar la juventud dentro de sí, la cual exisitirá siempre y cuando uno, a pesar de las montañas y baches sobre los que haya que pedalear en esta vida, sepa mantener sobre todo el amor por lo que uno quiere y nunca, nunca, renunca, abandonar los sueños y anhelos forjados y nacidos durante nuestra adolescencia y juventud.



"Musique non stop...!"

martes, julio 05, 2005

Hamburguesas y 4 de Julio


Una costumbre yanqui, que es deglutida diariamente en millones de estómagos de todo el mundo, es la amada-odiada-asquerosa-colesterólica-pero-siempre-bienvenida hamburguesa. Y no me refiero a esa exquisita preparación con que en la casa de mi madre me castigo a veces (una deliciosa tortilla de carne magra molida y soya cocinada a la plancha, aglutinada con base para hamburguesas y acompañada de fresca ensalada compuesta de verdes hojas de lechuga, lujuriosos tomates rojos y apetitosos espárragos). No, naaaada de eso. Me refiero a esa horrible mezcla de grasa, frituras y agua carbonatada que tanto MacDonalds como Burger King nos quieren embuchar diariamente haciendo uso de una publicidad horrible y que siempre apela a los más chicos de la casa.




Hablar más sobre esta creación yanqui ya es de sobra conocido. En todas partes surgen los detractores y los defensores. Unos la cuestionan por su mantecoso contenido nutritivo, y otros la defienden afirmando que la mezcla de proteínas y vegetales es saludable y práctica, teniendo en cuenta que en un cómodo y bien empacado sándwich pueden encontrarse más vitaminas y nutrientes que en un guiso cualquiera.
A mi, eso del contenido nutritivo me importa una soberana raja. Sea bueno o malo (aunque más creo esto último), bien poco me interesa si la carne de la mentada hamburguesa es de vacas criadas en interminables y bien asoleados pastos argentinos o bien se trata de carne artificial creada en siniestros laboratorios bajo tierra. Lo que me revienta, lo que me asombra, es ver cómo la sacrosanta mezcla de hamburguesa-papas fritas-bebida es en todo el mundo una marca de fábrica del canibalismo comercial norteamericano; es ver cómo una bomba de calorías vacías es asociada inmediatamente con la aplastante maquinaria yanqui del american way of life (tanto o más prepotente y avasalladora que sus asonadas militares en Medio Oriente y Asia), siendo permitido y fomentado sin ningún cuestionamiento por nuestros amedrentados líderes tercermundistas, y todo eso gracias a ventanas publicitarias horrorosamente eficaces como el cine, la televisión de pago, y en general todo el mainstream venido desde el infierno de albina abundancia y violencia del país del norte.
Horroriza ver cómo en cada bombazo cinematográfico pagado por las gigantescas productoras de cine californiano viene implícita la obligación de consumir el “combo” de turno asociado a las figuras del film, de la misma manera como en la pantalla engullimos de golpe y sin saborear toda ese atracón de estímulos visuales y auditivos, importándonos bien poco el contenido intrínseco de todo ello, bien sea se trate de horrores que no quisiéramos saber, o bien porque las más de las veces no hay nada de provecho. El efecto es devastadoramente el mismo: CONSUMIR hasta la saciedad, y más allá aun, hasta reventar.
Los malditos yanquis lo saben todo, lo han estudiado todo, conocen nuestra psiquis y la manejan a entera voluntad. Saben maniobrar nuestros estímulos para llevarlos al consumo de los productos que sus obscenamente gigantes multinacionales saben hacer y distribuir hasta en el más pequeño y apartado de nuestros pueblos. Nunca necesitamos, al menos hasta hace medio lustro atrás, la cantidad y tipo de teléfonos celulares que ahora son un requerimiento desesperado del chileno medio; si veíamos o no la secuela de algun megaestreno no era algo que definiera nuestra vida; nos las batíamos lo más bien sin tener idea lo que era un Big Mac, un Whooper o una donut de chocolate rellena con... no sé, ¿jalea?.
Ok, ya sé lo que muchos piensan. Hay que agradecer la inversión extranjera, todas estas franquicias otorgan puestos de trabajo que antes no existían, que los proveedores, que los empleados, que los impuestos que recauda el Fisco... Sí, está bien, pero... ¿es necesario hipotecar nuestra integridad moral, nuestro tan cacareado libre albedrío, a unos pervertidos encargados de influenciar nuestro arbitrio desde lujosas y altísimas torres de cristal y concreto allá en Houston, Manhattan o Seattle...?


Sinceramente me da ASCO, un soberano asco ver cómo las producciones infantiles Disney van siempre malditamente asociadas a alguna promoción de figuras de plástico metidas dentro de las infames cajitas felices que estos degenerados nos venden por millones cada día. Así acostumbramos a nuestros influenciables mocosos chicos a asociar el juego con una comida determinada, creándoles una adicción inmediata al enlazar en sus inocentes cabecitas el placer de una actividad lúdica con los sabores repugnantes de una tortilla de carne y grasa molida mezclada con carbohidratos y frituras, todo bañado en bebida gaseosa plena de calorías vacías y cafeína. Y ese conjunto, directo a sus pequeños estómagos prepúberes, para horror de la gastroenterología pediátrica nacional.
Una digresión a todo esto. Ustedes conocen la serie de películas Batman, ¿no?, y saben que las dos primeras fueron dirigidas por Tim Burton, resultando un experimento estético muy cercano al comic negro y en algunos casos al cine expresionista alemán. Pues bien, la productora decidió sugerir amablemente a Burton que la próxima entrega de Batman quizá no sea del todo adecuada de dirigir por alguien de su talento y visión, por lo cual fue sacado de la jugada entregándole la responsabilidad de la tercera parte al alucinado y braquicéfalo Joel Schumacher, con el desastre que siguió luego y que hasta el día de hoy lo tiene limpiando los baños de la Warner.
Tiempo después, Burton supo que la razón de fondo fue que la multimillonaria alianza entre la productora y una cadena de comida rápida se fue al tacho luego de esta película porque a los niños les resultaba chocante y asqueroso asociar su “penguinburguer & chicken tenders” o su “big bat happy pack” con la figura del Pingüino en las cloacas de Ciudad Gótica escupiendo sangre negra desde su boca.
Esclarecedor, ¿verdad...?
La lógica perversa es la misma de los traficantes de droga, ampliar el mercado recurriendo al fomento de la adicción. Con la diferencia de que aquí no se trata de un flaite solapado en la esquina a la salida de algún liceo, sino de toda una industria transnacional y multidisciplinaria que mezcla medios escritos y audiovisuales en permanente campaña de captación de consumidores. Estudios de marketing, mensajes subliminales, machacones mensajes en todas partes... todo pensado para que a ti o a mi nos salive la boca cada vez que interrumpa nuestra vista el logotipo ese de los arcos amarillos o el del Burger King que, por la forma, mas bien recuerda una marca de detergentes.
¿Se han fijado en los colores que estos tipos usan...? Mucho rojo, amarillo, azul, colores básicos y sin combinar, buscando reacciones inconscientes facilistas y apelando al despertar de instintos primarios de hambre y deseos de consumo, siendo el interior de los locales jovial, juvenil y sin problemas. Todo pensado para una ingesta rápida mirando carteles que incitan a más consumo aun, o bien recordándonos que por cada $ 3.000 de carga en la tarjeta Multivía tenemos derecho a un combo Whooper mediano gratis. ¿Hambre?, a quien le importa, si estos combos están repletos de sodio que estimulan el consumo de gaseosa, el cual al entrar en nuestros estómagos provocan su ensanchamiento con el fin de que nuestra hambre no se sacie jamás, por mucho que nos hayamos zampado una Big Mac doble carne y papas fritas y bebida agrandadas.



Asi, en este putísimo cuatro de julio, que algunos cretinos seguramente estarán celebrando (así como sus hijos o ellos mismos celebran Halloween, el día de acción de gracias o el último estreno de Lucasfilm) en el interior de sus segmentadas cabezas ahítas de cafeína proveniente de Coca Cola o Starbucks, vaya este humilde y mal escrito pataleo y chuchadas varias a toda esa manga de rednecks gigantes que desde el infierno estadounidense se preocupan de depredar nuestros bosques con el fin de confeccionar los empaques para sus cada vez más repugnantes Cuartos de Libra con queso. Estos degenerados acostumbran celebrar su día de la independencia tirando petardos y lanzando cohetes al aire, y hoy, en una asquerosa y pornográfica muestra de poderío y millones han hecho estrellarse en su proyecto Impacto Profundo un proyectil contra un cometa en medio de la horrísona inmensidad espacial, en un calculado espectáculo pirotécnico gubernamental que deja, a las claras, quién es el dueño de la pelota hoy en día, quién tiene más dinero, quién gobierna el mundo, desde el mercado hasta nuestras mentes.


Lo pensaré cuando me llegue el próximo spam encuestándome sobre cual hamburguesa es mejor, si la BigMac o el Whooper.

Lavandero:quick, easy and painless

Lavandero fue juzgado.
El timer del TV me despertó a las 7 de la mañana, como todos estos fríos y reputazos días de junio. La sempiterna voz de Mauricio Bustamante desde su puesto de comentarista en el noticiero matinal de 24 horas me hizo saltar de la cama y tirar lejos la frazada para prestar atención a la noticia, que veía nublada entre legañas y humores nocturnos.
No lo podía creer.
Ya, a levantarse. Las pantuflas estaban por ahí cerca, tiré lejos el pijama y me puse la bata. En medio del frío fui a la ducha. Todavía Bustamante estaba saboreando la noticia del mes, quizá hasta sea la del año, cuando volví de la deliciosa ducha caliente. En una cabriola jurídica que sólo permite la reforma procesal penal, Lavandero y su defensa habían aceptado la proposición del fiscal Armendáriz de abreviar el procedimiento y que sea el juez de garantía quien se pronuncie sobre la culpabilidad de este tipo. Putas, me dije mientras me anudaba la corbata, hubiera sido espectacular ver a este sujeto temblándole la barbilla ante el desfile de testimonios, de niños y chicas que alegaban abusos sexuales... ver a Balmaceda defendiéndolo de las estocadas frías e implacables de Armendáriz hubiera sido quinientas mil veces mejor que cualquier ficción yanqui, de las caracterizadas por el personaje Perry Mason o escritas por John Grisham.
Bonita figura, ¿no?. Lavandero me parecía uno más de la grotesca fauna de politiquillos de sueldo abultado y mínimas horas de trabajo en la Cámara, salvo rarísimas excepciones que no viene al caso detallar. Recuerdo a este sujeto haberlo visto una vez en un programa de televisión en plenos años 90 al cual fue invitado a propósito de la velocidad a la que los honorables corren por la carretera que une Santiago con Valparaíso. Lavandero, segurísimo de sí mismo, sacó de su faltriquera su muy cara billetera de cuero y extrajo de ella una cédula, diciendo que eso era un “rompefilas” que lo autorizaba a pasarse por la raja las leyes de tránsito existentes en materia de velocidad de circulación, y que si cualquier carabinero de alguna polvorienta tenencia de carreteras osaba detenerlo e infraccionarlo a “EL!”, la sola exhibición de ese carnet le permitía seguir su camino sin problema alguno. Que el resto de los chilenos se pudra y pague los partes de los pacos, total, él podía pasar por encima de las leyes “porque yo soy un senador, un honorable de la República...”
¡Miren la maravilla de senador que nos gastamos....! ¡Putas que honorable este pedófilo que usa y abusa de una potestad otorgada por TODOS nosotros en las urnas de votación...! Este vejezuelo apestoso, este coprocefálico insufrible es un vivo ejemplo del carerrajismo de las cúpulas de poder que gobiernan este paisito apenas del tamaño demográfico y económico de cualquier capital estatal estadounidense. El próximo martes 28 el juzgado de garantía emitirá la sentencia, condenatoria desde luego, fijando la pena para Lavandero, la cual no excederá de 5 años de presidio, según las normas que rigen el procedimiento abreviado.
Con esta fórmula, Lavandero y su defensor Balmaceda se libraron de una épica jornada judicial, de largos y sangrientos testimonios de víctimas y ofendidos, de pruebas incontestables sobre la mesa, de detalladas y casi pornográficas explicaciones sobre su conducta con los menores ofendidos... de efervescentes conciliábulos periodísticos afuera del Tribunal, con el consiguiente rating para los medios cubriendo el evento y su jugoso efecto por minutos de publicidad. El caso habría sido sencillamente histórico, habría sido enlatado por cientos de cámaras de televisión y luego se habría empacado en algún soporte audiovisual para luego ser examinado, disecado, meteorologizado con precisión forense en las escuelas de Derecho del país.
Se libraron... mientras Armendáriz justificaba la propuesta diciendo que precisamente él, como fiscal, aparte de su rol como acusador e investigador, debía tutelar además por la integridad psíquica de los menores que seguro se vería perturbada por el desarrollo del juicio oral.
A ver.... usemos la lógica. ¿Quiere decir entonces que, a cuento de esto, será una rentable alternativa que la Fiscalía solicite la aplicación de una pena rebajada, con tal que se encuadre dentro del procedimiento abreviado, a efectos de conseguir una sentencia rápida, limpia y sin dolor?, o lo que los yanquis llaman un “speed trial: quick, easy and painless”. Porque de ser así estaríamos en presencia de uno de los deportes preferidos de los honorables y de todos aquellos que profitan del poder a costa de quienes los eligen, como es la componenda de influencias, el compadrazgo mercachifle, el contubernio viscoso entre políticos, putas de barrio alto y abrigos de piel, jueces, empresarios y mafiocas, todos unidos en medio de la vil parranda financiada por quien paga casi la mitad de sus ingresos en impuestos de todo tipo.
Todos hubiésemos querido un juicio letal, implacable, certero, que aleccionase de una puñetera vez a esa manga de viejos asquerosos que abusan del sexo de niños y niñas, a quienes el espíritu infantil les es cercenado con la violencia propia de los que saben que, luego de eyacular o de disparar, pueden limpiar todo con unos cuantos billetes o con una llamada telefónica. Que distinto hubiese sido el caso Spiniak de haberse ventilado la causa dentro del procedimiento penal actualmente vigente..., habríamos visto desfilar por el estrado a los simpáticos Jovino, Nelson y Gemita, al cura Jolo y al Sebita (el fauno que regentaba la casa de putos de la cual Calvo era cliente frecuente). Políticos de derecha e izquierda, un juez, una mitómana, un cura y un puto.
Esa sí hubiera sido una real Granja Vip...
Culpables o inocentes, a quien cresta le importa. Bastante habrían tenido con el juicio público, con las declaraciones Biblia en mano, con las preguntas de los fiscales, con las pruebas. Quizá, como dice Balmaceda, la verdad “procesal” se hubiese impuesto y Jovino hubiese tenido que mostrar las marcas de su espalda que Gemita dijo que tenía, por ejemplo... ¿La verdad real?, sólo la sabe Dios y algunos de éstos. La verdad “procesal” no es mas que la declaración hecha por el juez luego de convencerse o no de que las pruebas presentadas son concluyentes, o definitivamente no lo son.
Me pregunto si, luego del martes próximo y de la obligada estadía en alguna penitenciaría, Lavandero echará mano una vez más a su rompefilas para conseguir lo que quiere de quien le place. Tal vez cuando esté saboreando unos patibularios porotos con rienda en el comedor del penal quiera pedirle al cocinero una porción más de longaniza, total, él es “honorable...”. En el patio, cuando los internos se acerquen a bailarle la cueca por “violeta” y quieran dejarle el final de su tracto intestinal como culo de mandril, muestre una vez mas su rompefilas y le permitan sólo una reiterativa y agotadora fellatio a cada uno... Tal vez la ya famosa“estrategia” de Balmaceda (declárese culpable, senador, le saldrá más barato... pena remitida o libertad vigilada, piénselo...) realmente sí funcione y tengamos, luego de algunos meses de reclusión en un cómodo bungalow en Capuchinos (o de una placentera estadía en su hogar, custodiada por agentes del estado), de vuelta a nuestro simpar adalid de la soberbia y abuso de poder dando una lacrimosa y burbujeante declaración en televisión.
Apostaría una bolsa grande de M&M a que, antes de fin de año, tendremos a Lavandero libre, librando descargos en la Entrevista del Domingo en TVN y prometiendo volver a la política a limpiar su buen nombre.

La Democracia Cristiana, acomodaticia y siempre eficaz, ya lo echó de sus filas. El Congreso hará otro tanto. Quizá en Temuco el alcalde lo piense y renombre la calle bautizada en su honor.
Conózcalo en:

Gente Vip


...
"ya...ya...ya..ya..!!"
Cresta, no soporto al insoportable Morandé cuando le censura las rutinas a los humoristas. Pero no importa, siempre se puede cambiar de canal. Me encanta la textura del botón de mi control remoto cuando caigo en franco aburrimiento, es toda una liberación. Recuerdo que en algun rincón del freezer hay una caja de helado de chocolate con almendras, una exquisitez Carte D'Or que compré en el Economax de la esquina anoche, al volver de la oficina, pero este sofá es demasiado confortable como para abandonarlo por un minuto al menos.
Veo a las criaturas del insectario que instaló Canal 13 en Pirque, "La Granja". Me dan lástima, un estúpido experimento de un canal ávido de dinero encerró a unos cuantos ociosos abandonados hace rato por las portadas de Las Ultimas Noticias para someterlos a pruebas exportadas de algun canal gringo y a la votación telefónica de los televidentes. Me asombra que a estos fétidos les hayan puesto el rótulo VIP. ¿VIP...?, a muchos socialités que conozco la denominación VIP les suena a cabaret o pub en donde entras una vez seas conocido del dueño y en donde el whisky es de 12 años, las mesas tienen cubiertas marmoladas y las chicas que te atienden no se cuestionan mucho en qué parte de su anatomía les pones las manos. Eso de VIP suena a ambientes mafiocas y decadentes, dinero fácil, gruesas pulseras de oro en las muñecas, billetes de veinte mil en fajos unidos por pinzas doradas y cocaína en mesas de vidrio ahumado negro. Muy de nuevo rico, muy "cuma...". Por otro lado, ¿serán VIP esos pelotudos que aceptaron encerrarse en ese lugar espantoso...? Las unicas que se salvan de la hoguera ya no están ahi, como la exquisita Sandra O'Ryan y la muy amorosa Zapallito, de preciosos ojos. El resto debe estar feliz acarreando carretilladas de bosta de caballo o duchándose con la ropa interior puesta... que asco. Dígamne si algun real very important person va a aceptar semejante idiotez...
Carte D' Or...
... aunque supongo que deberia ser más consciente de mis 32 años y zamparme unas cuantas frutas. Fue muy extraño cuando las compré; fui con la Riso a la feria que se instala por acá cerca, en Cumming, arrastrando mi carrito en medio de los puestos de verduras y frutas multicolores y de aromas acogedores. La Riso estaba tasando la calidad de una porción de arvejas y yo me disponía a sacar el dinero para pagarlas cuando, en medio de la gente, unas banderas blancas con divisas azules se dejaron ver. Desde la mutitud, sonriente y olímpico, la figura del impecable Sebastián Piñera asomó en medio de una fiesta de abrazos, saludos y sonrisas. La Riso y yo mirábamos la escena con impavidez, hasta que el ilustre candidato se acercó a nosotros. La sonrisa de candidato en campaña era indiscutible, perfecta e inamovible que dejaba ver unos muy bien cuidados dientes. Algo extraño había sin embargo. El pobre Tatán lucía chato y cansado, a juzgar por sus ojeras y sus arrugas. Una vez frente a nosotros se tomó todo el tiempo del mundo. Piropeó a la Riso señalando sus ojos verdes ("qué lindos ojos... apuesto a que eso fue lo que le atrajo de ella... entre otras cosas...!!"), nos conversó algunas tonteras sin importancia mientras el resto de la gente y de la comitiva que lo acompañaba nos miraban con sorpresa para luego despedirse muy efusivamente y sin abandonar la perfecta y cansada sonrisa de cartón viejo. Me palmeó el hombro con un "buena la chaqueta ah?", y se retiró, despidiendose de nosotros su acompañante, la preciosa Carmen Ibáñez y el resto de la comitiva.
Pagué el kilo de arvejas, la Riso recibió la bolsa y la puso en el carrito, nos miramos con la misma cara de poker de siempre y nos largamos de ahi. Muy raro, este tipo se tomó casi cinco minutos con nosotros....
Ya basta, a tomar helado.
El maldito freezer...! repleto de cajas de plastico, bolsas... caen al suelo las papas duquesa, el choclo congelado, la horrible ensalada primavera que se desparrama sobre el suelo de la cocina en una estrellada y multicolor tole-tole...
Horror...!!
¿Dónde está el helado.....?
(.......)
¡¡....RIIIISSOOOO.....!!!!

Frio en los dedos.

Llegué de la oficina, sintiendo frío en los dedos de las manos. La estufa estaba a un lado, cómplice y silenciosa, y en unos cinco minutos me encontraba arrellanado en mi muy confortable sillón ejecutivo de cuero negro, frente a mi escritorio. Quise encender un cigarrillo pero recordé que en días fríos me apesta sobremanera el olor del humo del tabaco, de ese tabaco malo y apelotillado de los cigarrillos esos que pueden encontrarse en manteles de hule tirados en la vereda a quinientos pesos la cajetilla, al lado de carritos ofertando sopaipillas (que navegan a medio cocinar en un charco de alquitrán burbujeante), flaites esperando sacar alguna billetera de algun bolsillo descuidado a la subida de la micro e imágenes semejantes. Recordé que adoro el sabor del chocolate en días fríos y grises, y sin más encendí el equipo de música, y puse el Trans Europe Express de los inmortales Kraftwerk.
Mientras me preparaba un té junto a un sandwich de nutella comenzaban a salir desde los parlantes enchapados en madera del equipo las primeras notas de Europe Endless, pulcrísimas y perfectas, que me hacían recordar los compases del noticiero de Radio Cooperativa que escuchaba cuando niño durante los desayunos antes de irme al colegio. Fui a mi sillón y, desconectado e insensible a lo que pasaba de la puerta de mi departamento hacia afuera, gocé con la música y con los sabores de mi sencilla y deliciosa merienda.
Numb... totally numb....
Encendí el PC, apagué el equipo de música y entre los mp3 de la carpeta de audio busqué Neon Lights, también de los Kraftwerk. Recordé que en el viaje a casa en metro iba una estupenda mujer rubia cerca mío, con ese clásico uniforme de secretaria o ejecutiva bancaria, pantalones ajustados beige, blusa blanca y casaca de cuero beige, ojos café claro y pelo largo, de bonito trasero y largas piernas; cerca de ella iba un oficinista de ojillos redondos e inexpresivos como los de un cerdo, boca semiabierta y papada, mas o menos bajo, panzón y de bolso portalaptop, y con La Hora bajo la axila derecha. Unos escolares más allá no paraban de reir y de espetarse bravuconadas unos a otros; una señora de lentes y con cara de aburrida suspiraba hacia el cielo del carro, "meet you there" en fondo verde; tres o cuatro esperpentos cuarentones de gorro de lana, mochila y parka azul y de bolsillos granates comentaban algún resonante y lejano triunfo de la famélica selección de fútbol...
Miré la hora, casi las nueve de la noche. Nice. Estaba por llegar la estupenda Jessica Risopatrón a tomar once conmigo y a terminar de ver la película The Shining, que habiamos empezado a ver antes de ayer, dejando el dvd marcado en la escena de la estupenda mujer desnuda que sale de la tina, y mientras besa al bueno de Jack Torrance se transforma para él en esa atroz vejezuela podrida y verde que lo persigue desnuda a través de la suite 237 del Overlook Hotel. La primera vez para Jessica que veia El Resplandor, para mi debería ser la numero diez o doce, no sé.
Siento pasos cerca, sé que es Jessica taconeando el suelo con sus magníficas botas vaqueras de cuero repujado café, enfundada en su abrigo de cuero café y moviendo su precioso cabello rubio al compás de cada paso. Me aburro demasiado en este departamento de cielo raso altísimo y paredes crema. No importa lo que haga, no importa si la estufa está o no encendida...tal vez la soledad y el cretinismo televisivo e informático siempre me provocan frío en los dedos.